Está demostrado que todos los meses del año son susceptibles a sufrir robos. Se calcula que los robos en viviendas aumentan considerablemente en Ibiza durante los meses de invierno. Frente a este escenario, surge la duda principal: ¿qué cobertura ofrece el seguro de hogar en caso de sufrir un robo en tu domicilio?
A continuación, analizamos los aspectos más importantes que conviene tener en cuenta.
Robo y hurto: no es lo mismo
Uno de los primeros puntos a aclarar es la diferencia entre robo y hurto, ya que para las aseguradoras no significan lo mismo y las coberturas pueden variar mucho.
- Robo: se refiere a la utilización de fuerza o violencia para entrar en un inmueble o para amedrentar a sus ocupantes. Acciones como forzar una cerradura, romper una ventana o intimidar a una persona forman parte de esta categoría.
- Hurto: se produce cuando alguien sustrae objetos sin utilizar violencia ni dejar señales de fuerza. Por ejemplo, si dejamos la puerta abierta y alguien aprovecha para llevarse algo, se consideraría hurto.
La diferencia es fundamental porque la mayoría de pólizas indemnizan en mayor medida en caso de robo que en hurto. Algunas, incluso, no incluyen este último entre sus coberturas.
¿Qué cubre un seguro de hogar frente a un robo?
De manera general, las pólizas de hogar acostumbran a contemplar dos áreas principales de cobertura:
- El contenido sustraído. Esto incluye los bienes personales que tengamos en la vivienda: muebles, electrodomésticos, dispositivos electrónicos, ropa, etc.
- Los daños materiales ocasionados. Cualquier desperfecto provocado durante el robo, como una puerta forzada, un cristal roto o una cerradura dañada, también entra dentro de la cobertura habitual.
Sin embargo, existen limitaciones que conviene revisar. Cuando se trata de objetos de gran valor —por ejemplo, joyas, dinero en efectivo, relojes, instrumentos de trabajo o piezas de colección— generalmente se aplican normas más exigentes. En muchos casos se exige declarar su existencia previamente, presentar facturas, fotos o tasaciones oficiales.
Otro detalle importante: si adquirimos nuevos bienes de valor, debemos actualizarlos en la póliza para que estén cubiertos.
Coberturas complementarias
Aunque lo más común es que el seguro proteja los bienes del hogar y la estructura del inmueble, muchas pólizas incluyen garantías adicionales que pueden ser de gran ayuda.
Un ejemplo es la cobertura de robo fuera del domicilio. Algunas aseguradoras indemnizan si el asegurado sufre un robo en la vía pública con intimidación o violencia. En este caso, la póliza puede cubrir bolsos, móviles, relojes, ordenadores portátiles o joyas. Eso sí, no todas las compañías ofrecen lo mismo, por lo que resulta imprescindible comprobar qué bienes se incluyen y cuáles no.
Requisitos y exclusiones habituales
Aunque contar con un seguro es una medida muy eficaz, también es importante saber qué situaciones pueden dejarte sin cobertura. Algunos casos frecuentes en los que las aseguradoras pueden rechazar la indemnización son:
- Que los artículos de valor no se mantuvieran guardados en caja fuerte, conforme a lo estipulado en la póliza.
- Que no se hubieran activado las alarmas o sistemas de seguridad obligatorios.
- Que los bienes se encontraran en zonas exteriores como patios, terrazas o trasteros sin medidas de refuerzo.
También es común que existan límites específicos de cobertura por categoría de objeto, o que se aplique una franquicia por cada siniestro. Por ello, lo más recomendable es leer a fondo el contrato antes de firmarlo y asegurarse de que la suma asegurada refleja el valor real de nuestras pertenencias.
Medidas de prevención
El seguro de hogar es una red de seguridad, pero lo ideal es minimizar riesgos adoptando medidas preventivas. Reforzar puertas y ventanas, instalar cámaras de vigilancia o contar con una alarma conectada pueden reducir significativamente las probabilidades de sufrir un robo.
Además, muchas compañías de seguros ofrecen descuentos en la prima anual si se dispone de sistemas de seguridad instalados, por lo que puede resultar una inversión doblemente beneficiosa.
¿Cuánto cuesta un seguro con cobertura de robo?
El precio de un seguro de hogar depende de varios factores: las coberturas incluidas, la ubicación de la vivienda, el valor de los bienes declarados y las medidas de seguridad existentes.
De forma orientativa, se pueden encontrar pólizas básicas a partir de unos 100 euros al año, mientras que las más completas, con garantías ampliadas y protección frente a robos dentro y fuera de casa, pueden rondar los 300 euros anuales.
La clave está en comparar opciones y valorar no solo el precio, sino también el nivel de protección real que se obtiene.
Sufrir un robo en casa es una experiencia desagradable, pero tener un seguro de hogar adecuado puede marcar la diferencia entre afrontar solos las pérdidas o contar con un respaldo económico y práctico. Entender bien qué cubre la póliza, declarar correctamente los bienes de valor y adoptar medidas de seguridad adicionales son pasos fundamentales para proteger tanto la vivienda como la tranquilidad de sus ocupantes.
En Barcoland, sabemos que un hogar es mucho más que un espacio físico: es el lugar donde reside tu seguridad y bienestar. Por eso, recomendamos siempre revisar las coberturas del seguro, adaptarlas a cada situación y no dejar nada al azar.